LIBROS Y DINAMICAS CRISTIANAS: El uso de las penas o penitencias en los juegos infantiles y en diversas actividades recreativas es un elemento que pone un toque de gracia adicional al juego. Incluso esas penitencias hacen parte del reglamento mismo de los juegos, sobre todo los grupales o los juegos de competencias. ¿Cómo funcionan? Cuando un participante del juego comete un error en las actividades que hacen parte del juego, se equivoca en una respuesta, no realiza adecuadamente una tarea o reto, o se niega a realizarla, los demás integrantes le imponen una pena o penitencia como castigo. Se podría decir, entonces, que se impone penitencia o pena a la persona que quebrante alguna regla del juego. Generalmente una pena o penitencia es otro juego, un reto, desafío o prueba a las habilidades y aguante físico de cada uno, o una prueba a la timidez, a la cultura general de cada uno, etc. que no guarda relación directa con el juego original y no afecta su resultado ni su desarrollo, pero que agrega un elemento de tensión, de humor, sirve como elemento de distracción y diversión para los otros participantes, que miran cómo el castigado ejecuta la pena. ¿Qué se necesita? Para imponer penitencias a los jugadores, lo fundamental es la creatividad. Y también un alto grado de sentido de oportunidad y buen humor. También, es importante tener en cuenta la edad y posibilidades físicas de las personas, el espacio de juego, para determinar el tipo de penitencia que deben desarrollar, además preparar con anticipación materiales que se necesitarán. Si se va a realizar una actividad de muchos participantes, conviene escribir las penitencias en unas tarjetas, para que cada uno saque la suya, o al menos escribir un resumen de las ideas centrales en una hoja.
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